Angélica Álvarez.- Trabajadores y voluntarios en las jornadas de limpieza en 21 playas de Perú, perjudicadas por el derrame del que es responsable la empresa Repsol de unos 6.000 barriles de petróleo, se exponen a peligros de toxicidad.
El desastre ambiental originado el pasado 15 de enero en las costas de Ventanilla, Perú dejó daños prácticamente irreparables, generó la muerte de muchas especies marinas y causó un negativo impacto económico.
La compañía española Repsol, ¨responsable de la refinería La Pampilla, donde ocurrió el vertido en la provincia del Callao, no cuenta con el equipamiento ni el material humano suficiente para hacer frente a lo que le exige el Gobierno de Perú, que le dio 10 días para cumplir con todas las acciones de limpieza y descontaminación, plazo que ya ha vencido¨.
¿Qué denuncia la ONG ambientalista sobre el derrame petrolero en Perú?
De acuerdo a la ONG ambientalista Oceana Perú la empresa ha contratado personal temporario que no está especializado en dichas labores de limpieza, están levantando la espuma y la arena que está perjudicada y luego la entierran en unos pozos ubicados cerca de la orilla, después al crecer la marea el material contaminado regresa a la superficie.
«No están limpiando, esto es cambiar de sitio los problemas. Es simplemente ocultar el daño que se ha hecho. Obviamente estas personas no saben y lo hacen así porque es lo que les han dicho que hagan. Pero realmente esto no tiene el menor sentido», dijo Juan Carlos Rivero, director científico de la organización.
Mientras, los pescadores se preocupan porque afirman que durante el próximo año cuando salgan a pescar no encontrarán nada.
Lo que la empresa Repsol ha respondido a todas las acusaciones es: «Todo el personal está capacitado para las labores y cuenta con los Equipos de Protección Personal (EPP) correspondiente¨.
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