Angélica Álvarez.- Este viernes murió el poeta mexicano Enrique González Rojo, a los 92 años de edad.
Rojo fue maestro en filosofía, comenzó a acercarse a la literatura gracias a su abuelo, sin embargo, su pasión era el compromiso político.
«Militó en el Partido Comunista Mexicano y en el Liga Leninista Espartaco junto a José Revueltas».
Luego fue parte de la OIR-LM, en la fundación del Partido de la Revolución Democrática, después lo dejó al tener “contradicciones con la cúpula burocrática y autoritaria”, así lo narra la semblanza escrita por su hija Graciela.
«El poeta se dedicó a la investigación teórica y escribió el Manifiesta Autogestionario y la Revolución Articulada» así lo reseña López Doriga.
Su fallecimiento fue muy lamentado a través de las redes sociales, así lo expresó la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, quien se refirió a él como un hombre de izquierda que aportó mucho.
Los olvidos
La evocación no respeta los sepulcros,
desoye la liturgia de lo efímero,
halla a flor de beso antiquísimas bocas,
clava con alfileres el chirrido
de las palabras huidizas,
da con el descubrimiento arqueológico de una caricia
polvorienta de tiempo,
hunde su interrogación
en una de las capas profundas de la psique,
embalsama suspiros,
recuerda.
La mente se desanda,
camina a contrapelo del gerundio,
reconstruye la carne desde el molde
de las huellas,
busca el olor a vida
en la carroña de la remembranza,
le tuerce el brazo a Cronos
para tender la mano a los cadáveres,
recuerda.
Limpia los ventanales de su nuca,
carga su fardo con jirones y jirones de lo ido
para quedar intacta,
sin perder siquiera
el juguete asombroso, terrible y delicado,
de la niñez,
desentume vivencias,
riega las partes verdes
de lo perdido,
recuerda (…)
Con información de Primera Página Revista