Si hay una empresa que se ha encargado de llevarle desarrollo y bienestar al país con todos y cada uno de sus proyectos viales, esa tiene que ser Construcciones Yamaro. Dirigida por Armando Iachini, esta firma tiene más de 46 años de experiencia, todos ellos construyendo grandes obras que han servido para que Venezuela y su gente estén siempre bien interconectadas.
Y cuando se dice grandes obras, es porque es así: hablar de Construcciones Yamaro es hablar de las autopistas Acarigua-Barquisimeto, Clarines-Píritu, Cantaura-El Tigre, la José Antonio Páez y la Gran Mariscal de Ayacucho, así como del TransAnzoátegui y TransLara, y de la terminación de la Circunvalación Norte de Barquisimeto.
Claro está que la labor de Armando Iachini y la familia de Construcciones Yamaro no queda solo allí: como empresa venezolana se debe al país en devoción total, así como a sus costumbres. Ejemplo claro de ello es su participación, conjuntamente con la Constructora Tevial, en la construcción del Monumento Manto de María en Barquisimeto, el cual fue levantado para que todo el pueblo pudiera mostrarle sus respetos y agradecimientos a la patrona larense, la Divina Pastora (cuya procesión se realizó hace poco).
Esta impresionante obra es todo un logro de ingeniería que representa tanto un nuevo símbolo icónico de la ciudad crepuscular como una imagen tangible de lo que es la fe religiosa de los locales y de todo el pueblo venezolano en general, amén del hecho de que es ya, por derecho propio, un punto de referencia turístico (lo que multiplica todavía más su valor contributivo para con la sociedad).
Y, lo dicho, Construcciones Yamaro tuvo, orgullosamente, arte y parte en todo este proyecto, y es por eso que al referirse al Manto de María, Armando Iachini atinó al afirmar que “nuestras empresas pusieron un sello nacional en esta monumental obra”… Y es que, al final, de eso se trata todo: Venezuela, su gente, y su bienestar integral.
