Edgar Mireles.- El videojuego Just Dance, que cumple 10 años en la cumbre del éxito al obtener alrededor de 70 millones de copias y 120 millones de jugadores.
“Es un juego hecho a conciencia, pero sin tomarnos demasiado en serio”, aseguró Damien Pousse, director creativo de la última entrega.
En ese sentido, indicó que Just Dance es la prueba de que hay vida más allá de los videojuegos de disparos cargados de testosterona.
El éxito fue inesperado, incluso para el propio Ubisoft, el estudio que lo lanzó en 2009, como reconoció recientemente el presidente de la compañía, Yves Guillemont.
“En 10 años nos hemos convertido en la serie de videojuegos musicales número uno de todos los tiempos”, afirmó Pousse que dirigió la parte creativa del proyecto desde el primer lanzamiento y también la última de sus entregas, Just Dance 2020.
Para Poussin una de las cosas más complicadas es encontrar la selección musical más adecuada porque es la base de la experiencia del juego.
“Se trata de un buen equilibrio entre los éxitos del momento, los clásicos más conocidos y queridos y las sorpresas. Este año se ha incluido “Con altura”, de la cantante española Rosalía”, detalló.
La clave de esta industria es ofrecer siempre una gran diversidad de estilos y experiencias. Por ello, el juego ocupa un lugar muy concreto dentro de la industria porque es el único que aporta a sus jugadores endorfinas y no adrenalina.
Una vez que se elige una canción, el equipo creativo se centra en un concepto único que encaje con la música y la atmósfera que la rodea, y eso incluye la coreografía, el diseño de personajes, el fondo y los efectos visuales.
Con información de nota de prensa
