Andreína Vies.- Este lunes 18 de enero el gobierno de Rusia reaccionó ante las críticas de Occidente respecto a la detención del opositor ruso Alexéi Navalny, la cual se dio este domingo cuando este llegó a Moscú tras permanecer varios meses en Alemania para recuperarse del envenenamiento que sufrió en su país.
Para el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, las declaraciones emitidas desde Occidente aparentemente les permiten a estos gobiernos “pensar que pueden distraer la atención de la profundísima crisis en que se encuentra el modelo liberal de desarrollo”.
Navalny fue privado de libertad presuntamente porque se encuentra en el listado de captura por no haber asistido a la “revisión periódica de una condena suspendida de 3,5 años de cárcel dictada contra él en 2014 y que fue declarada ilegal por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos”.
Lavrov insistió en que el procedimiento busca “cumplir las leyes rusas”, e hizo énfasis en que no existen motivos para abrir una investigación en el caso de envenenamiento de Navalny, suceso que el líder opositor le atribuye al presidente Vladímir Putin.
El canciller ruso aseguró, “no encontramos nada en los análisis que sugiriesen una intoxicación con sustancias militares” sobre Navalny.
En esta misma línea de responder ante las administraciones que defienden la libertad de Navalny, el diplomático ruso expresó “Estoy convencido de que no hay que buscar pretextos externos para justificar sus propias acciones o para distraer la atención de sus problemas internos”.
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Lavrov aprovechó para resaltar que su país “intenta cooperar y operar de manera constructiva en la arena internacional. No queremos discutir con otros países, sino sentarnos en la mesa de negociaciones para comentar todo tipo de soluciones”.
