Durante algunos años los expertos en tecnología han notado que los aportes que brindan los teléfonos inteligentes parecen agotados. Salvo mejorar la calidad de sus pantallas, incrementar tímidamente la autonomía de las baterías y alguno que otro avance en cuanto a la velocidad de su procesador, las sorprendentes innovaciones del smartphone quedaron atrás, cuando Steve Jobs presentó el primer iPhone de la historia, desafiando a la competencia.
En vista de esta situación, los desarrolladores y fabricantes de teléfonos inteligentes han decidido concentrarse en las especificaciones de la cámara fotográfica, para mejorar su rendimiento. Existe una verdadera carrera entre las principales empresas tecnológicas por presentar la piedra angular sobre la cual se apoyará la tercera ola de la fotografía digital.
Samsung se encuentra en esta cruzada y hace poco solicitó la patente para unos lentis inteligentes que nos recuerdan un poco al proyecto Google Glass. Aparentemente este proyecto de la empresa surcoreana no sólo involucra aspectos en cuanto a fotografía y diseño, también va de la mano con la realidad virtual, el nuevo vellocino de oro de la tecnología.
En lo que respecta a las cámaras incorporadas a los teléfonos inteligentes, una de las tareas más inmediatas a resolver es el tamaño de estos componentes y el aumento considerable de su calidad.
Apple tiene una cámara integrada a su iPhone 6s de 4,1 mm de grosor, mientras que el teléfono tiene un grosor máximo de 7,3 mm. Aunque parezca mentira, esto obligó a la empresa de Cupertino a hacer que la cámara sobresalga un poco en el diseño, aspectos que desean mejorar.
