Angélica Álvarez.- Hace 27 años en el mes de abril se dio en Ruanda (país localizado en el litoral de África Oriental) una gran masacre étnica que marcó la historia de la humanidad, ahí fallecieron entre 800.000 y 1.000.000 personas, ante el silencio de los líderes del mundo, más de dos décadas después Francia reconoció su responsabilidad en el genocidio en esa nación, sin embargo, descartó complicidad en el asesinato de miles de seres humanos de las etnias tutsi y hutu.
En su «mea culpa, Macron dijo que los asesinos que rondaban los pantanos, las colinas, las iglesias, no tenían rostro de Francia. Ella no fue cómplice, afirmó el mandatario francés en un discurso pronunciado en el Monumento del Genocidio en Kigali (capital), donde se guardan los restos de unas 250.000 víctimas».
En el encuentro entre el presidente de Francia con el mandatario ruandés, Paul Kagame, este último dio gracias por lo que llamó “inmensa valentía del líder francés» por sus palabras, aunque surgieron muchas críticas en ese país, manifestadas sobre todo a través del vocero de la principal organización de supervivientes, Egide Nkuranga, quien aseguró que Macron no pidió perdón.
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El mandatario del país galo afirmó que su nación «no escuchó la voz de quienes le habían advertido, o bien sobrestimó su fuerza al pensar que podía detener lo peor. Francia no entendió que, al querer prevenir un conflicto regional o una guerra civil, estaba de hecho al lado de un régimen genocida», así lo reseña El Mundo.
Reconoció además que el país europeo apoyó durante mucho tiempo a un régimen que favorecía las masacres racistas, haciendo caso omiso o ignorando que se estaba gestando una masacre y despachando en cantidades considerables armas y municiones años previos a los ocurrido.
El encuentro oficial entre ambos mandatarios en Ruanda, se dio el inicio de la normalización de las relaciones entre estos países y el fin de más de 25 años de tensiones.
