NOTIGLOBO
A pesar del adictivo éxito de títulos como Candy Crush o Angry Brids, los desarrolladores de juegos en la interfaz de los dispositivos móviles no han logrado que los gamers se empaticen con este formato, a pesar de que el debut de Nintendo en estas plataformas está por llegar, con la promesa de cinco juegos en dos años.
Muchos factores inciden en que los gamers desdeñen los juegos concebidos para smartphones y tablets y una de las razones de este desprecio es la escasa profundidad de los títulos. Las empresas que trabajan en proyectos de este tipo no quieren descartar al jugador ocasional y eso hace que las partidas sean breves, sin mayor complejidad y con argumentos sosos.
Un buen ejemplo de esto es Flappy Bird, un título duramente criticado por los expertos cuyo mayor atractivo era el plagio de las gráficas del universo de Mario Bros concebido por Nintendo y que tenía, como único objetivo, conducir por minutos a un ave evitando que chocara contra ciertos obstáculos.
La operatividad de las tablets y smartphones a través de pantallas táctiles también supone un gran punto en contra para el desarrollo de videojuegos de nivel, que necesitan mecanismos de control más avanzados y precisos, y por si todo esto fuera poco, la estrategia económica de ofrecer un nivel gratuito para pretender cobrar al jugador por cada nuevo estadio alcanzado en el desarrollo del juego, es una política injusta que puede estar acabando con el mercado.
