Nelson Gimón.- Los clavadistas británicos Tom Daley y Matty Lee ganaron este lunes la medalla de oro en la categoría de clavado sincronizado en la plataforma de 10 metros de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, venciendo por muy poco margen al dúo chino de Cao Yuan y Chen Aisen, y finiquitando así la hegemonía del país asiático en este renglón.
Ambas parejas mantuvieron una cerradísima lucha en la final del evento, con los británicos tomando la ventaja en las últimas dos oportunidades, y no soltándola a pesar de que los chinos recibieron su mejor puntuación precisamente en el último clavado. Y hablando de puntuaciones…
Daley y Lee acumularon 471.81 puntos en toda la ronda final, mientras que Cao y Chen sumaron 470.58, o, lo que es lo mismo, a solo 1.23 unidades de diferencia. Y ese es ahora, por cierto, el margen de victoria más estrecho de cualquier evento de clavado sincronizado en la historia de las olimpiadas.
El bronce cayó en manos de los rusos Aleksandr Bondar y Viktor Minibaev, quienes marcaron 439.92, muy lejos de las otras parejas… Ah, y mención aparte para el dúo mexicano conformado por Kevin Berlín y Diego Balleza, quienes culminaron en la cuarta posición con 407.31 puntos.
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La redención de Tom Daley, el ídolo LGBTI+
La medalla de oro de Daley y Lee supo a gloria para Gran Bretaña por varios motivos. Primero, porque rompe así una racha de cuatro doradas en cuatro olimpíadas consecutivas en el evento para China. Luego, porque es la primera presea olímpica en la carrera de Matty. Y, finalmente, porque es el clímax de la trayectoria deportiva de un ícono británico como Tom.
Daley debutó con solo 14 años en Pekín 2008 y, desde entonces y a pesar de no haber ganado medalla alguna, se convirtió en un ídolo para su nación por su enorme talento.
En Londres 2012, Daley volvió a competir y se llevó bronce en la individual masculina de 10 metros. Luego, en Río 2016, se volvió a quedar corto y repitió tercer lugar en clavado sincronizado de 10 metros. El oro era su deuda, y ahora la ha saldado con creces en la capital japonesa (y podría dar más, pues todavía le falta participar en individuales).
Uno de los mayores retos del clavadista, sin embargo, ocurrió fuera de las piscinas. Fue en 2013, cuando a sus 19 años decidió hacer pública su homosexualidad y, a partir de ese punto, dedicarse a luchar y darle visibilidad a un colectivo históricamente marginado (especialmente en el mundo del deporte de alto rendimiento).
(Con información de EuropaPress)
