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César García Urbano Taylor: Integración y Constitución (Parte I)

Es innegable el inexorable proceso de integración cultural, político y económico que actualmente se experimenta en las diversas regiones del mundo. Al contrario de muchas posiciones asumidas, este proceso no es nuevo o producto de un fenómeno secular. ‘Integración’, independientemente del idioma o dialecto que se utilice para definirla, es un término siempre presente a lo largo y ancho de la historia humana, que ha dado pie a infinitos episodios generadores de esplendorosas civilizaciones o enfrentamientos cuya consecuencia ha sido la destrucción de pueblos enteros.

Génesis y Evolución de la Noción Comunitaria en Europa y América

Del estudio de la historiografía del fenómeno integracionista podemos observar que, por una parte encontramos a lo que la doctrina ha denominado ‘integración realista’ o ‘integración por difusión’, en donde multitud de unidades territoriales independientes se agrupan, por la ola expansiva iniciada por una de ellas, generando así una nueva entidad territorial, fundada en formaciones políticas concurrentes las cuales denominamos ‘estados’; y por otra a la ‘integración por dominación’ o ‘integración imperial’ en la cual un núcleo activador une a las distintas formaciones dominadas, al seno del Imperio.

Como principal ejemplo, mencionaremos el caso de la descomposición del Imperio Romano, circunstancia generadora de una necesidad de estabilidad entre las distintas regiones que lo formaban, dando paso al intento de Carlomagno de restaurar la dignidad imperial perdida mediante su proyecto del Sacro Imperio, entronizando los valores culturales de la tradición grecorromana y cristiana dominantes desde las migraciones bárbaras. Más tarde, un nuevo paso se dio con la instauración de un naciente orden político global: La República Cristiana.

Hasta mediados del siglo XVII, la única referencia plenamente válida para designar el núcleo de las tierras heredadas del legado grecorromano, será aquella concebida en términos de Cristiandad.

Otro ejemplo clásico europeo es el proyecto de Pierre Dubois (1305-1307), en el que propuso la creación de una Asamblea de Soberanos y de Príncipes de la Iglesia para un fin bien concreto: ‘Recuperatione Terrae Sanctae’. En igual sentido cuando Eneras Silvio Piccolomini, elevado a la silla pontificia con el nombre de Pío II, utiliza en el Discurso en la Dieta de Francfort, en 1454, el vocablo ‘Europa’ no lo hizo en condiciones de inédita modernidad, sino en términos de Cruzadas; para con ello designar al conjunto de reinos cristianos atenazados de Oriente a Occidente. La confusión se propició por la erudición humanista del sienes que recogió el término de la mitología para introducirlo en la Historia…

Por César García Urbano Taylor

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