Andreína Vies.- Jorge Rodríguez ha sido señalado como la figura política del gobierno izquierdista con la cual Estados Unidos ha intentado “negociar” una posible salida a la crisis en Venezuela, solución que busca establecer la salida de Nicolás Maduro del poder en forma pacífica.
La labor de Rodríguez en defender al ejecutivo chavista inició en el 2016, cuando la Unasur llamó a un diálogo político donde participaron representantes del Vaticano en Caracas, en ese entonces el tema discutido fue la suspensión del referendo convocado por la Asamblea Nacional y la declaración del “rompimiento de orden constitucional”, también expuesta por los legisladores de mayoría opositora.
Quienes estuvieron presente en las mencionadas conversaciones fueron Claudio María Celli, expresidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, enviado por el Vaticano; en representación de la Mesa de la Unidad Democrática participó Carlos Ocariz y por el ejecutivo chavista estuvo Jorge Rodríguez. El resultado de las reuniones culminó en un acuerdo de convivencia pacífica entre las partes en conflicto político.
En el 2018 las delegaciones del gobierno y la oposición venezolana se dieron cita en Santo Domingo, República Dominicana, para tratar la violencia que se originó durante las protestas antigubernamentales que culminaron en represiones y la muerte de 120 ciudadanos, la finalidad era discutir mecanismo para acabar con la crisis política.
Fueron tres meses de encuentros, mismo que cerraron sin soluciones, ya que la derecha venezolana denunció que Maduro no mostraba la disposición de cumplir con las exigencias de abrir un canal humanitario, respetar a los legisladores de la AN quienes fueron sustituidos por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), la liberación de presos políticos, habilitación de dirigentes de oposición y el llamado a elecciones libres, transparentes y justas.
El argumento utilizado por Jorge Rodríguez fue que la oposición se retiró por “presiones” ejercidas desde Estados Unidos.
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En Noruega, trataron la “ilegitimidad” de las elecciones presidenciales del 2019-2025 donde Nicolás Maduro resultó reelecto. Posterior a este hecho, el líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, fue proclamado como presidente interino. Fue entre enero y mayo de 2019 cuando Rodríguez viajó hacia Oslo para abordar la situación, misma que también culminó sin acuerdos
La ida a Barbados no fue diferente a los encuentros anteriores, ya que ambos rivales políticos abandonaron la mesa de diálogo, por una parte, Rodríguez en nombre del ejecutivo de izquierda rechazó que reconocieran a Guaidó como encargado de Venezuela, por su parte, la oposición expuso la negativa de Maduro respecto a las exigencias de “elecciones libres y liberación de presos políticos”.
Por último, la Mesa Nacional de Diálogo por la Paz, misma que fue propiciada por el gabinete chavista en el 2019 y se mantiene activa, de hecho, las figuras opositoras que accedieron han sido Timoteo Zambrano, Claudio Fermín, Luis Augusto Romero, Felipe Mujica y Leopoldo Puchi.
En esta instancia han firmado acuerdos sobre la liberación de presos políticos y la imposición de nuevos rectores para el Consejo Nacional Electoral.