Andreína Vies.- El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) y obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta, dio su punto de vista con respecto a la situación política en el país, a su juicio hace falta un cambio urgente y dirigencias que no se desconecten de la realidad.
Las críticas de la autoridad eclesiástica van dirigidas tanto al gobierno de Nicolás Maduro, como a la oposición venezolana, quienes asegura solo se aferran al poder, cuando la ciudadanía clama porque las problemáticas existentes se solventen.
Monseñor Moronta, durante la entrevista que concedió a El Estímulo, respondió a la interrogante de ¿Cómo ve el escenario político en Venezuela? indicando que existe un “divorcio de la dirigencia política de un lado y del otro con el sentimiento del pueblo”, al tiempo que hace la salvedad de que “No son todos, hay algunos dirigentes que sienten al pueblo”, a los cuales invitó a leer “el último documento del Papa Francisco en el capítulo 5, donde explica que la mejor política es la que se hace con el pueblo”.
Con respecto a la asistencia gubernamental que debería existir para con los connacionales que salen o se mantienen en el país, Monseñor argumenta que, el ejecutivo izquierdista de Maduro, está enfocado en las elecciones parlamentarias y sus repercusiones después del 6 de diciembre, además, el patrón que han seguido para ocultar el mal manejo del Estado se basa en el “bloqueo económico y la covid-19, Mientras tanto, no responden a las necesidades de la gente” que cada día enfrenta la escasez de gasolina, déficit en los servicios públicos y la “presencia de grupos irregulares” en todo el territorio.
Habló del papel de la oposición, a quienes “les ha pedido que presenten una hoja de ruta, pero solo mostraron un paso: la consulta popular y nada más”, a su criterio la participación que se pudo lograr mermó debido a la falta de información.
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El representante del clero, ve con preocupación que el país se esté volcando a lo que él llama “Venezuela Saudita”, ya que la visión a corto plazo es “tener dinero para gastarlo afuera”, en este contexto también se desvirtuó el derecho a la educación, debido a que se “convirtió en instrucción de muchas cosas, pero no de generar pensamientos”, considera que el presente y futuro están atrapados en un círculo de poderes para unos pocos y precariedades para el pueblo.