El espigado jugador tiene una muy interesante e inspiradora historia de superación y trabajo en pro de una meta
NotiGlobo.- Las calles de Zumba vieron caminar al pequeño Edson Rivas, siempre con la ilusión de cada día superarse más. Convertirse en futbolista profesional parecía utópico, porque para cumplir aquella meta, tenía que enfrentarse a grandes dificultades, pero en la mente del jugador merideño, nunca hubo espacio para pensar en otra cosa que no fuese éxito. Por eso, jamás dejó de perseguir sus sueños, hasta que una tarde mágica en suelo andino, le permitió hacer realidad todo aquello que siempre quiso.
“¿Te gustaría ser jugador de Estudiantes de Mérida? Tienes que marcar cuatro goles, porque te están viendo”. Aquella frase, enmarcada en el reto que con creces superó, bastó para darse cuenta que el paso estaba más cerca que nunca. Jugaba para el Country Club y no hizo cuatro tantos, sino seis. Eso llamó poderosamente la atención de los integrantes del cuerpo técnico rojo y blanco, quienes lo citaron para hacerle una prueba en el mítico Estadio Guillermo Soto Rosa.
“Me fui de mi casa al estadio a pie, porque no tenía ni siquiera para pagar un transporte. ¿Qué más podía hacer? Era algo único, que no se me iba a presentar dos veces. Ya había luchado demasiado como para rendirme, así que fui y todo salió perfecto. Ese día, el entrenador Juan Cruz Real me dio la bienvenida al equipo de Primera División. Nunca lo olvidaré”, recordó. La historia de Rivas se explica desde el deseo de trascender a partir de su incansable deseo de cada día ser más grande. Hoy, es el goleador de la Liga FUTVE.
Después de anotarle dos tantos a Hermanos Colmenárez, se abrazó con su hermano Ronaldo, quien lo habilitó en la segunda diana. Más que un gesto de amor entre dos tipos que han crecido juntos, es la consolidación de un proyecto familiar apalancado en el fútbol como herramienta educativa. Uno complementa al otro y los dos caminan hacia la misma dirección, aunque tengan maneras diferentes. Ha sido un largo sendero, con episodios dignos de una serie.
“Desde que éramos unos niños, hemos jugado y estado juntos. Sé que llegará un momento en el cual nos vamos a separar y estoy seguro que me va a costar muchísimo, pero mientras estemos en el mismo equipo, lo disfrutaremos siempre al máximo. Compartir camerino con mi hermano no tiene precio. Él, además de ser familia, es mi gran amigo”, dijo, otorgándole la importancia que merece alguien por demás especial para él.
Actualidad y futuro
Jugar en el exterior es su gran meta, y por eso, todos los días proyecta aquel deseo entrenando hasta llegar al máximo. Sabe que cada gota de sudor debe tener sentido, porque la carrera de un deportista profesional no es tan larga. Ha superado obstáculos que antes parecían inmensos, razón por la cual nada le genera miedo.
“Si siempre doy lo mejor, esa oportunidad algún día vendrá. Es lo que quiero para mí y también para mi familia. Nadie nos ha regalado nada, por lo cual le doy valor a cada una de las cosas que he alcanzado. Me siento contento por el presente que vivo, pero siempre se pueden lograr mejores cosas y con Estudiantes queremos alcanzar la gloria”, aseveró.
Un movimiento clave en su carrera fue caer en las manos de Sebastián Cano Caporales y su Agencia Secasports. No pasó mucho tiempo para que surgiera una relación que luego se hizo familiar.
“Ellos aparecieron en el momento que más lo necesitaba y nunca me han dejado solo en situaciones adversas. Por eso, quiero que también estén en etapas importantes de mi carrera. Alfonso (miembro de la empresa), la verdad, es como un padre para mí. Estamos en permanente comunicación”, explicó el jugador.
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Sus pasos por las categorías inferiores del Caracas F.C. y Deportivo Táchira sirvieron para madurar en demasía. Hoy, más que un jugador con cualidades ofensivas a tener en cuenta, es una persona más tranquila, que entiende la importancia de ser paciente. Todo llegará en la medida que labore arduamente para hacerlo realdad.
“Cuando comenzó el campeonato y el profesor Leonel Vielma asumió la conducción técnica del equipo, muchos decían que mi hermano y yo jugábamos porque somos sus sobrinos, pero después se dieron cuenta que no es así. Estamos capacitados para ser titulares, siempre trabajando con el profesionalismo que se requiere. Soñamos con ganar el título y darle buenas cosas a esta linda ciudad”, agregó Rivas Vielma.
El tiempo dirá cuál será su destino, pero lo más importante siempre será trabajar con la determinación de un campeón. Es protagonista de una historia de superación, de esas que sobran en la Agencia Secasports, una familia que imparte valores, porque nada está por encima del deseo de trascender. En Mérida son conscientes de aquello.
(Fuente: Agencia Secasports)
