Hay algo que siempre ha tenido muy claro el Grupo Financiero B.O.D. (institución presidida por Víctor Vargas Irausquín): Todo proyecto o iniciativa empresarial emergente es, por concepto y definición, un arduo y laborioso proceso… ¡Uno por el que todo buen emprendedor debe pasar para ganar experiencias y conocimientos que deriven en éxitos futuros!
Por ese motivo existen la Fundación B.O.D. y su Centro de Emprendedores, para ayudar, acompañar, orientar y educar a los visionarios del país, dándoles herramientas que los impulsen a desarrollar correctamente sus proyectos y enseñándoles (entre otras cosas) que no están solos en su aventura.
Ese último punto es muy importante porque, efectivamente, el proceso de emprendimiento es uno que no debe hacerse en solitario. En otras palabras, un empresario exitoso será aquel que sepa rodearse de la mejor manera para sacar adelante sus proyectos… Claro, cuando el Grupo Financiero B.O.D. habla de formar grupos de trabajos, lo hace señalando que esto debe hacerse de la manera más formal posible.
¿Por qué? Pues porque las formalidades (firmas, contratos, etcétera) invitan a la confianza y a la autenticidad, y dan mejores y mayores perspectivas. En ese sentido, el B.O.D. recomienda conocer a fondo tres aspectos clave:
- EL VALOR DEL PAPEL Y LA TINTA: Es decir, el verdadero valor de un contrato formal firmado y sellado (algo que significa mucho más que la palabra empeñada).
- FORMALIDAD ABSOLUTA: Todo tipo de unión en iniciativas de emprendimiento deben pasar al plano formal, directo, concreto, transparente y sincero.
- CONFIDENCIALIDAD: Las cláusulas de confidencialidad ayudan a mantener la transparencia dentro del ambiente empresarial.