Estados Unidos acaba de anunciar este viernes que estará priorizando la amenaza de otras grandes potencias mundiales en su estrategia de defensa, incluso por encima de la del mismo terrorismo. Este nuevo rumbo ha quedado establecido en la Estrategia de Defensa Nacional (NDS, por sus siglas en inglés).
Esta nueva NDS es la primera realizada en los últimos diez años, y acaba de ser enviada al Congreso de Estados Unidos por parte del Departamento de Defensa. “Mantendremos nuestra campaña contra los terroristas, pero la competición entre grandes poderes (no el terrorismo) será ahora el principal objetivo de la seguridad nacional estadounidense”, anunció James Mattis, Secretario de Defensa, durante la presentación oficial de la NDS en Washington.
Explica Mattis que es necesario hacer frente a las crecientes amenazas de potencias revisionistas como Rusia y China, así como a regímenes como Corea del Norte e Irán, a los que calificó de canallas. Así las cosas, todo parece indicar que esta decisión hará que Estados unidos finalice la llamada Guerra contra el Terror iniciada en 2001.
Ahora, según lo que se ve, los nuevos enemigos a batir serán aquellas naciones que buscan cimentar un mundo de modelos autoritarios y que llevan a cabo acciones ilegales que amenazan la estabilidad regional y global. “No querrán luchar contra el Departamento de Defensa… Si nos retan, será su peor y más largo día”, advirtió Mattis a estas potencias.
Esta nueva estrategia se construirá sobre tres ejes fundamentales: la formación de más y mejores tropas (más letales, según el funcionario), el refuerzo de las alianzas tradicionales y la creación de otras nuevas, además de la reforma administrativa del Pentágono para optimizar su actuación y sus costes.
