Andreína Vies.- Este miércoles nuevamente los ciudadanos que se manifiestan en contra de la situación política en Birmania fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad, según testigos que hacen vida en un municipio industrial de Rangún, algunas casas fueron incendiadas.
Entre los testimonios también destaca que se oyen disparos, por lo que los pobladores no se atreven a salir hacia las calles, por temor a ser detenidos en el barrio de Hlaing Tharyar (bastión de la oposición).
Desde el golpe de Estado han sido detenidas cientos de personas, mayormente quienes “no son autorizadas a ver a sus familiares ni a sus representantes legales”, lo preocupante de la situación es que “nadie sabe dónde se encuentran detenidas muchas de esas personas”, informó la Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP).
Desde el pasado domingo, Hlaing Tharyar está sumida en acciones violentas que hasta el momento se desconoce la autoría de los ataques que culminaron en la quema de varias fábricas textiles de China, desde este entonces los cuerpos castrenses han arremetido contra decenas de manifestantes.
En vista de la revuelta y situaciones adversas en Birmania el Mecanismo Investigador Independiente de la ONU para este país hizo un llamado a las víctimas y a los perpetradores a ofrecer informaciones para construir un caso contra los actores represivos. Los testigos tendrán todas las condiciones de confidencialidad.
Parlamentarios adeptos al gobierno legítimo ha pedido a los grupos étnicos armados a que se unan a la lucha contra lo que catalogan dictadura militar que se instauró en el país desde el pasado mes.
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Por su parte, el papa Francisco ha exhortado a las partes a cesar la violencia, ya que desde el 1 de febrero la cifra de muertos en Myanmar es de 200 civiles.
