Una de las principales características que define todo el accionar de Bancamiga para con Venezuela se podría resumir en una sola palabra: ¡Compromiso! Y es que el deseo de desarrollo social e independencia económica del pueblo que esta institución profesa ha estado allí desde el mismo comienzo, hace 10 años atrás.
Estamos hablando de una institución financiera que ha puesto al servicio de todo un país innumerables productos y programas específicamente diseñados para hacer más fluida la dinámica económica nacional y para, por supuesto, ser instrumentos coadyuvantes a la hora de atacar sus principales problemas sociales.
Carmelo De Grazia Suárez, Vocero de Responsabilidad Social de Bancamiga, ha sido una pieza clave en esto último y, sobre todo, en el impulso que el banco le ha dado a los planes destinados a apoyar a los sectores más desfavorecidos y/o necesitados de Venezuela… sectores como, por ejemplo, el de los niños, niñas y adolescentes.
Los más jóvenes han sido de los más beneficiados por el compromiso social de Bancamiga, y eso se demuestra diariamente gracias a la alianza del banco con instituciones como UNICEF, la Fundación Tatuando Sonrisas, el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, entre otras.
El modelo de negocios de Bancamiga es un factor en sí mismo a la hora de demostrar la lealtad nacional de la institución, ya que se trata de un banco que no se detiene, que crece constantemente y evoluciona a la par de sus clientes y, claro, de organizaciones similares, logrando así brindar el mejor de los servicios gracias a la alta capacitación de su personal y a la grandeza de su infraestructura.
