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Carlos Enrique Gabaldón Vivas: “El Covid-19 no es broma”

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Carlos Enrique Gabaldón fue la primera persona en dar positivo para el Covid-19 en Venezuela. En el siguiente trabajo presentamos la cronología desde que le diagnosticaron el virus hasta que lo dieron de alta


El miércoles 27 de febrero realizó un viaje de trabajo a España. Al día siguiente asistió a una presentación y es allí donde cree que pudo haberse contagiado, pues otras personas conocidas que también participaron en el mismo evento, sufrieron de esta enfermedad con un tiempo de incubación similar al suyo.

Por su mente nunca pasó la probabilidad de que podía formar parte de las estadísticas. Sabía del virus y que estaba ocasionando estragos en China e Italia, pero España, para ese momento, no había encendido aún las alarmas.

El jueves, 05 de marzo, regresó a Caracas. Le llamaba la atención la cantidad de personas que, tanto en el avión, como en el aeropuerto, lucían mascarillas.

Al llegar a Maiquetía le tomaron la temperatura. No presentó ningún síntoma de gripe, por lo que le permitieron desembarcar.

Llegó a su casa y al día siguiente viajó al interior del país con un grupo de amigos.  Pasó el fin de semana tranquilo, sin síntomas. El domingo regresó a Caracas con su esposa.

El 9 y 10 de marzo los pasó sin novedad, trabajando y compartiendo con su familia. Pero el martes 10, en la noche, comenzaron a aparecer los síntomas. Primero sintió malestar general y fiebre.  Al día siguiente, amaneció con tos. El malestar continuaba. “Pensé que eran los mismos síntomas de una enfermedad infecciosa que sufro por lo que le comenté a mi esposa que nos preparáramos, ya conocíamos el protocolo a seguir”, comenta.

Su esposa habló con el Dr. Julio Castro, médico tratante de su infección y este le sugirió que lo llevaran a la Policlínica Metropolitana para hacerse los exámenes, le dijo que asistieran a la 1 pm, pues estaban terminando de implementar los protocolos para tratar con el Covid-19.

“Siguiendo las instrucciones de mi médico llegué a la hora establecida con mi esposa que realizó los tramites de admisión por emergencia. Ya estaba comenzando a presentar unos síntomas diferentes a la enfermedad que padezco, tenía fiebre, comencé a toser y me faltaba el oxígeno”.

 Lo llevaron a la habitación asignada y le pusieron oxígeno a la vez que le hicieron placas del tórax. Estaba llegando el técnico de laboratorio del Ministerio de Sanidad y le hicieron la prueba para determinar si tenía el Covid 19.

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Primer caso positivo en el país

El jueves, 12 de marzo, lo pasó aislado en el cuarto de la Policlínica. Cada hora que pasaba se sentía peor. No sabía lo que tenía, creían que era una neumonía. Sin embargo, ante el riesgo de Covid-19, su esposa procedió a notificar a las personas con las que compartió desde su llegada a Caracas una semana antes, que eran 60, aproximadamente,  y decidieron que los hijos no fueran al colegio.

El viernes, 13 de marzo, fue informado por la viceministra de Salud y un funcionario del ministerio a las 6 am, que era el primer caso positivo en Venezuela y que ellos protegerían su nombre, “pues de saberse esta noticia podría sufrir ataques a mi persona o mi familia, los cuales irían desde que quemarían mi casa hasta que podrían matar a mis hijos”.

Luego de ser informado, llamó a las 6:20 am a su esposa e hijos para notificarles. Sentía terror ante lo desconocido. Para ese momento era muy poco lo que se sabía sobre el coronavirus en el país. “La viceministra y el funcionario visitaron inmediatamente mi casa para entrevistar a mi esposa e hijos. También les suministré la lista de personas con las que estuve en contacto desde que llegué a Caracas para que pudieran hacer el seguimiento respectivo”.

Estuvo varios días entre la vida y la muerte, aun así tuvo que lidiar con las críticas, pues alguien develó su nombre y fue expuesto al escarnio público, “fui tildado con los peores epítetos en las redes sociales”, y muchas personas que consideraba como sus amigos, le dieron la espalda en ese difícil momento.

Pero su esposa, hijos, padres, hermanos, cuñados y amigos estuvieron muy atentos, lo que hizo más fácil para él su proceso de recuperación.

“Perdí 15 kilos, el mundo se paralizó para mí, pues fue una lucha por sobrevivir, mi único vínculo con el mundo exterior eran las conversaciones, escasas de mi parte al estar con oxígeno las 24 horas y ahogarme al hablar con la tos, con mi familia, los mensajes de amigos interesados por mi salud y bienestar”.

Carlos Enrique Gabaldón pasó 21 días hospitalizado, más 6 días en aislamiento en su casa. Perdió el olfato, gusto y apetito. “Después que recibí el alta y viendo los testimonios de los demás enfermos es que pude entender lo que me había pasado”, dice al tiempo que señala que había pasado de casi morir a estar bien clínicamente, aunque el peso psicológico era muy fuerte.

Resalta que la atención que recibió en la Clínica Metropolitana fue muy profesional y esmerada, “fuimos juntos aprendiendo cómo atacar esta enfermedad con lo poco que se sabía en ese momento. El equipo dirigido por el Dr. Julio Castro y la Dra. Erika Medina, como todos y cada uno del personal de enfermería, laboratorio, limpieza, alimentación y administración de la Policlínica Metropolitana me adoptaron en mi soledad arriesgando sus vidas”.

 El Covid-19 debe llamarnos a la reflexión

Asegura que la enfermedad lo ha hecho recordar los años 80 cuando fue descubierto y se dio información sobre el sida.  En ese momento,- recuerda- todos teníamos miedo por desconocimiento, se crearon leyendas urbanas sobre contagios y las personas que lo padecían quedaron estigmatizadas.

“De forma similar, al retomar mi vida, he encontrado que hay gente que me mira con desconcierto, con, hasta por qué no decirlo, asco, hemos quedado marcados por esta enfermedad. Pero somos personas sobrevivientes, no escogimos tener esta enfermad, aunque pareciera haber personas que piensen que así lo hicimos o que al no saber los síntomas hemos podido poner en riesgos a otros. Lo que no entienden es que esta enfermedad no se escoge, por el contrario, la enfermedad lo escoge a uno”, reflexiona.

Resalta que, además de vencer el Covid-19 o controlarlo desde un punto de vista médico, lo más importante son las lecciones humanas que debe dejarnos la pandemia para que podamos evolucionar y construir un mundo más justo, respetuoso, responsable, consciente y compasivo.  “Creo que esto nos llama a la reflexión a todos, a un cambio de actitud y comportamiento, tanto sufrimiento, enfermedad y muerte no puede pasar en vano”.

Finalmente, invita a seguir las recomendaciones de médicos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evitar contagios, las más importantes: utilizar máscaras, lavarnos las manos y mantener el distanciamiento social.

“Me da mucha pena por los jóvenes al igual que por lo no tan jóvenes, los que se están graduando de colegio, universidades etc., los que quieren abrazar a sus seres queridos y compartir con ellos. Pero tenemos que seguir los lineamientos que nos están indicando”. Recuerda que esta enfermedad no sabe de ideologías o de restricciones, ataca a todos por igual. “Esto no es en broma, es en serio, el acatar las recomendaciones es la justa medida entre vivir o morir, no lo experimenten en carne propia, lo que yo sentí no se lo deseo a nadie”.

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