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El principal objetivo de las tablets era el de sustituir a las computadoras de escritorio. Con la introducción del iPad en el mercado, Steve Jobs no sólo ponía a Apple a la cabeza de la vanguardia tecnológica, sino que además asomaba un producto que pondría a correr a la competencia, haciendo que rivales como Samsung, Microsoft y hasta el propio BlackBerry presentaran su propio modelo.
Luego de una verdadera revolución en el área tecnológica, el furor por estos dispositivos móviles parece haber mermado y las ventas de modelos como el iPad Air 2 son sumamente modestas, todo parece indicar que los usuarios no están dispuestos a dar a estos gadgets una roración tan alta como la de los smartphones.
La llegada de los phablets también ha complicado las cosas para que el terreno de las tablets vuelvan a ser lo que otrora. Muchas personas prefieren decantarse por un teléfono inteligente con una pantalla que oscile sobre las 5,5 pulgadas, antes que tener que desembolsillar el doble de dinero por artefactos que pueden ser sustituidos sólo por uno.
Sin embargo, las empresas que siguen apostando por el futuro de las tablets, ven en el área laboral la catapulta perfecta para que las ventas remonten en los próximos cinco años. Está comprobado que con las nuevas funciones multitareas, un empleado promedio manipula una tablet en su lugar de trabajo al menos una vez por semana, así que la última palabra no está dicha para esta prometedora herramienta.