Deporte

La pachanga despertó temprano a la apacible villa de Cooperstown

Esa madrugada fue la más alegre en Cooperstown desde su fundación, hace ahora 238 años. Iban a elevar al Salón de la Fama, a Mickey Mantle y a Whitey Ford”.

O sea, dos de la gran escala de los Yankees, por donde han figurado Babe Ruth, Yogi Berra, Pill Rizzuto, Joe Dimaggio, Lou Gehrig, Derek Jeter, Mariano Rivera y compañía.

La madrugada de esta historia fue la del lunes, 12 de agosto de 1974, o sea, que hoy, otro lunes, hará 50 años de tal pachanga.

Yo había llegado a Cooperstown en busca de las informaciones rimbombantes que iban surgir. Tuve una cómoda habitación en el “Otesaga Hotel”.

Esperaba que dentro de su ambiente campesino, me despertara en la madrugada algún gallo bien entonado, no un batallón de entusiastas del beisbol, abordo de dos elegantes y coloreados autobuses.

Me informaron: “Ese autobús que viene adelante, está lleno de familiares y fanáticos de Whitey Ford. Y en el otro vienen los de Mickey Mantle”.. Y Mantle había invitado para que fuera en ese vehículo a Cool Papa Bell, quien también iba a ser elevado al Salón de la Fama, elegido por el Comité de las Ligas Negras.

Papa Bell, quien era centerfielder, fue el corredor más veloz de las Ligas Negras. A su alrededor se han tejido infinidad de leyendas, como la publicada por el periódico de los negros, “New York Amsterdam News”, en 1925.

Papa Bell es tan veloz, que en cierto juego salió al robo de segunda, el shortstop recibió el tiro del cátcher y, sorprendido, porque no encontraba al corredor, pasaron unos segundos. Cuando se repuso, con la pelota en la mano, y miró hacia tercera, ya Bell llegaba allá safe. ¡Dos bases robadas en una sola jugada!”.

Bueeeno, si exagerada era la velocidad de Papa Bell, más exagerada era la creatividad mentirosa del cronista.

Volviendo a Mantle. Ese muchachote, nacido el 20 de octubre de 1931, en Spavinaw, Oklahoma, vivió sus 63 años con una permanente sonrisa.

Mantle creyó que iba a morir antes de cumplir 50 años, porque así había ocurrido con la mayoría de los hombres de su familia.

Por eso y porque luchaba contra su osteomelitis, que le obligaba a jugar con las piernas vendadas, decidió gozar al máximo de la vida.

Con Billy Martin de compañero permanente, fue buen cliente de los mejores bares y cabarets de Nueva York, especialmente del “Copacabana”. Cobraba dinero suficiente para tomar buen licor y bastante.

Llegó a recibir de los Yankees hasta 100 mil dólares por temporada, en sus últimas seis temporadas, lo que era el máximo de su época, 1951-1968. En total cobró un millón 128 mil dólares.

The Chairman of the board fue llamado Whitey Ford

Publicaron que, cuando estaba lanzando, Whitey Ford, parecía “The Chairman of the Board” o “el Presidente de la Junta Directiva”.

Por la tranquilidad, seguridad y dominio del zurdo ante todos los bateadores, por muy buenos y famosos que fueran.

En 2022, Ford me invitó entre un grupo de periodistas de Nueva York, para la inauguración de su “Whitey Ford´s Café”, en Garden City, Nueva York. Y nos dio una muy agradable sorpresa.

La decoración era Yankee Stadium en una tarde de 1950, con los Medias Blancas de visita, Ford,

Fue elevado al Hall de la Fama, con el 78.8% de los votos, en su segunda oportunidad.

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