Deporte

Luis Torrens al rescate, otra vez

Dicen por ahí que “la vida es un ratico para cada quien”, los tropiezos de unos abren oportunidades para otros y, al final del día, todos en algún punto reciben una oportunidad para demostrar de qué están hechos, aprovecharla depende de cada persona.

El comienzo de temporada de los Mets de New York ha estado marcado por muchas lesiones, que los obligan a buscar alternativas y apostar por jugadores que inicialmente no estaban en el plan.

El último caso es el del receptor venezolano Francisco Álvarez que, por segunda campaña consecutiva, sufrió una lesión que lo dejará fuera de acción entre seis y ocho semanas. En 2024 pasó por el quirófano por el desgarro de un ligamento en la mano izquierda y ahora deberá ser operado por una fractura en esa misma mano.

Esta situación hace que todos los focos apunten al también venezolano Luis Torrens, que llegó a los Mets en mayo del año pasado justamente para suplir la baja de Álvarez, todo esto después de ser descartado por los Yankees. Entonces superó las expectativas con dos meses asombrosos, en los que bateó sobre .300, consiguió tres jonrones, 13 remolques y, lo más importante, cometió un solo error en 299 innings de labor. Además acaparó reflectores con una inusual doble matanza 2-3 que puso fin al último juego de la Serie de Londres, que disputaron ante los Filis.

En general su defensa lo hizo brillar, pues logró controlar el corrido de bases de sus rivales, algo que había aquejado a la novena por varios años. Todo eso le permitió asegurar su estadía en el equipo al menos dos años más como el receptor suplente.

El plan inicial para este año era que estuviese detrás del plato dos veces por semana para así reducir la carga de Álvarez, que -más allá de su rol como careta- aporta una buena dosis de poder al lineup de los metropolitanos. Pero hay que reajustar el plan. Torrens será el careta de todos los días y, de acuerdo con Las Mayores, Hayden Senger, Jakson Reetz y Chris Williams competirán por el segundo puesto. La responsabilidad es tremenda y él lo sabe, pero también es una nueva oportunidad de demostrar la clase de careta que es y redimirse como bateador.

Lograr estabilidad ha sido el verdadero reto de su carrera, que inició en 2017 con los Padres. Únicamente en 2021, con Marineros jugó más de 100 juegos, de resto le ha costado mucho mantenerse arriba, porque aunque es un buen defensa, carece de consistencia ofensiva, algo que en el beisbol de ahora no es negociable. Entonces sí, este parece ser el “ratico” de Torrens, pero dependerá única y exclusivamente de él convertirlo en algo duradero.

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