Vencer a Argentina es una tarea titánica que pocos equipos en el mundo pueden cumplir en este momento. Los dos título de la Copa América, ganado el primero ante la propia Brasil en Maracaná en 2021 y su reciente victoria en la final ante Colombia en la cita de Estados Unidos 2024; la Copa de Campeones Conmebol-Uefa en la que derrotó a Italia en 2022 y la Copa Mundial de Qatar en la que liquidó en tiros penales a la poderosa Francia, reflejan el dominio superlativo que viene ejerciendo el equipo de Messi en el planeta fútbol.
Sin embargo, ningún equipo es invencible y Colombia demostró en la pasada fecha de la eliminatoria que se le puede hacer daño a la selección de Lionel Scaloni, cuando se junta la determinación para morderle los talones en cada sector de la cancha e inteligencia para sacar máximo provecho a las escasas oportunidades que permite la defensa Argentina para que le hagan daño.
Ya la Vinotinto consiguió un punto impensable en esta eliminatoria, fuera de las cuentas de los más optimistas, en aquel heroico choque en el que empató 1-1 ante Brasil en octubre del año pasado en Cuiabá con una defensa que se mostró firme, sin dejarle espacios a la Canarinha para jugar a sus anchas, y soltando las riendas del ataque en la segunda parte para meter al pentacampeón contra su arco hasta que Eduard Bello anotó mediante una chilena de feria que entró en la historia del fútbol nacional.
Para sumar ante Argentina se requiere de ese mismo espíritu de cuerpo. Venezuela tiene que impedir que la albiceleste imponga el ritmo del partido y maneje a sus anchas el balón con Messi tocando y distribuyendo el balón sin resistencia. Valga recordar que la única vez que la Vinotinto logró derrotar (1-0) a Argentina en eliminatorias mundialistas fue gracias a que el once de César Farías salió con los dientes apretados a corretear a Messi, lo incomodó cada vez que hacía contacto con el balón y le cerró el paso, cuando se internaba en el área con la marcación impecable de Fernando Amorebieta en el mejor partido que se recuerde con la selección nacional.
La criptonita de Argentina es negarle el balón y apretarla sin descanso para bajarle el ritmo hasta que caiga en la exasperación. Fue lo que hizo Colombia en Barranquilla para minar las fuerzas de la Albiceleste que cayó en la trampa cafetalera y cedió 2-1 el invicto en la eliminatoria. Defender sin mácula será esencial para la Vinotinto, pero también hay que apelar a los mejores argumentos en el ataque. La movilidad que viene mostrando Savarino en Botafogo para distribuir y dar asistencias hay que capitalizara en Maturín, a fin de que la épica victoria de 2011 ante Argentina tenga una secuela en Maturín.