Ante la falta medicamentos y del deterioro de los centros hospitalarios del país, los enfermos y pacientes crónicos cada día corren el riesgo de fallecer.
El defensor de Derechos Humanos (DDHH), Rafael Narváez dijo que el sistema de salud venezolano está colapsado y el ministro de salud, Carlos Alvarado, no se conmueve ante los reclamo desesperados de médicos, enfermeras, y pacientes que todos los días alzan su voz con la esperanza que el Estado cumpla con la Constitución, que establece la obligación de garantizar y respetar los derechos humanos en su 19º artículo.
La mayoría de los hospitales del país no están en capacidad de atender a los pacientes por la falta de insumos y fallas en muchos de los equipos. La falta de agua, fallas del sistema eléctrico, deficiencias en la alimentación y la ausencia de medicinas representan una violación sistemática del derecho a la salud y a la vida por parte del Estado, denunció el exdiputado.
Recientemente, Mark Lowcock, jefe humanitario de la ONU, visitó el hospital José Gregorio Hernández en Caracas, conocido como «Magallanes de Catia,» donde conversó con el personal y los pacientes y constató que «el sistema de salud está al borde del colapso» y que los venezolanos «se enfrentan cada día a retos abrumadores para sobrevivir,” reseñó cronica.uno.
