Uno de los materiales más interesantes, versátiles, resistentes y duraderos a la hora de utilizar en la industria de la construcción (y básicamente en cualquier área relacionada con el diseño industrial, la producción de piezas mecánicas, etcétera) es el metal conocido como acero, el cual no es más que una aleación férrea que posee un máximo de carbono del 2%.
Bueno, a decir verdad, el acero puede ser más que eso… Según Armando Iachini, director de Construcciones Yamaro, se trata de un metal que varía en sí mismo de acuerdo a, precisamente, su composición de carbono. Dicho de otro modo: el acero se puede clasificar hasta en varias ramas diferentes si tiene más o menos cantidad del elemento químico.
¿Cuáles son esos tipos de acero? Iachini los detalla a continuación:
- ACERO BAJO EN CARBONO
Esta aleación es blanda, dúctil, mecánicamente resistente y de gran facilidad a la hora de ser trabajada, perfecta para la industria automotriz y, sí, la constructiva, pues es ideal para la fabricación de tuberías y la creación de elementos estructurales.
- ACERO MEDIO EN CARBONO
Esta aleación pasa por proceso térmico que mejora (todavía más) sus ya impresionantes propiedades, y le confiere el plus de ser enormemente útil en la elaboración de piezas de ingeniería. Es mucho más resistente y se desgasta mucho menos que el acero antes mencionado, aunque claro, no es ni remotamente igual de dúctil.
- ACERO ALTO EN CARBONO
Es la aleación más duradera, fuerte y resistente de todas, sí, pero lo es tanto que su nivel de ductilidad se ve seriamente comprometida. ¿Para qué se usa? Pues para hacer herramientas, entre otras cosas.
- ACEROS ALEADOS
Esta variedad del acero es la que más opciones otorga a la hora de satisfacer las necesidades de la industria (¡de cualquier industria!) pues su composición le permite ser resistente al desgaste, a la oxidación, a varias temperaturas, etcétera, amén de que es muy dura y cargada de resiliencia.
