(Foto/cortesía)
Silvia López Gayubas tenía 48 años y fue encontrada muerta en Castro Urdiales, Cantabria, España. Amordazada, maniatada, con signos de violencia, en la parte trasera de su vehículo, que había sido incrustado contra un muro dentro del garaje de su vivienda.
La Guardia Civil Española sospechó desde el primer momento que detrás de este crimen estaban los hijos de la víctima. Puso en marcha una ‘operación jaula’ para localizarles. Unas horas más tarde, les encontraron en unos acantilados. El mayor, de 15 años, ha sido detenido como presunto autor material. Su hermano de 13 estaba con él cuando se produjeron los hechos.
Fue la abuela quien dio la voz de alarma. Llamó a los servicios de emergencias para avisar de que estaba llamando por teléfono a su hija, respondieron los adolescentes y entonces se dio cuenta de que algo grave había pasado. La fallecida trabajaba como catequista. Era muy religiosa.
Su marido trabaja en el País Vasco. Adoptaron a los hermanos en Rusia. Según ha confirmado la alcaldesa del municipio, Susana Herrán, nunca habían tenido conflictos ni habían sido atendidos por los servicios sociales. Ahora buscan el arma homicida. Posiblemente un cuchillo o un destornillador, que le clavaron en el cuello antes de darse a la fuga.
«Qué ironía. No dices nada para evitar conflictos y vives en conflicto por no decir nada». Este fue uno de los últimos mensajes publicados en una red social.
