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Alejandro Fuenmayor y su continua búsqueda del ‘Sueño Americano’


El defensor maracucho criado en Carabobo intenta consagrarse en la plantilla del Houston Dynamo de la MLS


NotiGlobo.- Alejandro es el nombre de un niño que comenzó a lucirse en el Liceo Camoruco y después, en la Hermandad Gallega de Valencia. Carlos “Motorcito” Hernández y Sergio Martín Brizuela sabían que la calidad del maracucho criado en Valencia era inobjetable. Ellos fueron los dos primeros entrenadores de alguien cuya disciplina lo identificaba y desmarcaba del resto. Fue andando, de a poco, como la gente que sabe puede y quiere, pero comprende la valía de los lugares exactos, donde se tiene que estar en la hora clave. Entonces, fue así como llegó la oportunidad de debutar como profesional en el club representativo de la ciudad dónde, debido al cambio de trabajo que tuvo su padre, creció: Carabobo FC. Como lateral primero, porque las opciones de los juveniles están donde el fútbol quiera. Como central después, porque su manera de marcar era tan particular, que pocos se animaban a superarlo.

Hoy, todos esos recuerdos no son sino alegría, en un traslado al pasado para entender el presente. Houston es la ciudad en la que vive y Dynamo, la escuadra cuya camisa suda como un emperador de la zaga en la MLS. Tras concretarse una primera etapa de un proyecto en conjunto con la Agencia Secasports, que era la de consolidarse en el profesional en Venezuela, las buenas relaciones con las instituciones del “soccer” en los Estados Unidos permitió avanzar rápidamente a la internacionalización. Tiene tres años en ese país, donde ha crecido deportiva y personalmente, disfrutando al máximo cada opción que en el camino consigue. Conserva intactas las ganas de salir adelante, como lo hace cuando controla el balón en zona de desarticulación. Quirúrgico, sólido y directo. Juega como habla y comunica como piensa.

“Este ha sido el año más atípico que como atleta me ha tocado vivir, pero a su vez, me dio la oportunidad de compartir con mi esposa todo el tiempo que estuvimos juntos. Regresar a la dinámica del día a día me entusiasma, aunque el proceso no ha sido tan rápido, porque hemos pasado por diferentes niveles de adaptación. Al principio, entrenábamos en grupos de cuatro personas, para luego ser 11 y ahora sí, tener cierta normalidad. Se hará un campeonato en Orlando por el cual queremos luchar”, expresó.

Hay demasiadas cosas que recordar, porque nadie llega al balompié de los Estados Unidos sin antes, no recorrer un trecho por demás largo. Alejandro es hombre de procesos, le gusta permanecer largo tiempo en los equipos y disfrutar todo lo que significa ser parte de una institución. Le atrae el lugar donde a diario escribe nuevos episodios, principalmente, por la cantidad de amigos latinos que ha hecho. Es su anhelo estar ahí lo que el destino permita.


“Apenas llegué al equipo, recibí un trato extraordinario, salí a comer y me adapté rápido. De hecho, una de las cosas que más me gusta es recorrer las calles de Houston, para poder decir que la disfruté si algún día me tocase irme. En lo deportivo, quiero ganarme el puesto, dejar buenos números y ser campeón. No pienso en nada más”, agregó, sabiendo la importancia del rol asumido, como quien contiene a los arietes rivales.

Con sus paisanos, siempre habla. Es venezolano, así que hace gala de las buenas costumbres que a su sociedad definen. Intercambia mensaje con gente querida, apoyándose y respetándose, pero con algo claro, así sea entre risas: “cuando juego contra uno de los nuestros aquí, quiero que le vaya bien, pero que ganemos nosotros”. La MLS ha abierto puertas a diferentes jugadores nacidos en suelo vinotinto, rendidores en cada escenario.

“Gente como Josef (Martínez) ha hecho que nos vean de otra manera, por el extraordinario desempeño que tiene. Cada uno de los que aquí viene tiene esa responsabilidad, así que buscamos abrir puertas al mercado venezolano. Estar aquí es una meta cumplida”, agregó, apoyándose en el respaldo que le ha dado su representante: Sebastián Cano Caporales.


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“Siempre ha estado ahí para mí, apoyándome y regañándome cuando he pensado las cosas de manera incorrecta. Más que mi agente, es mi amigo. Fue clave para que pudiera dar este salto internacional, así como también toda mi familia”, expresó, porque estar rodeado de gente que quiere lo mejor para ti y te impulsa, es factor diferencial.

Sumar un poco más de 2000 minutos en par de zafras, teniendo apenas 23 años, genera buenos augurios. A diario trabaja para ganarse la confianza del técnico Tabaré Ramos, designado entrenador apenas en octubre del año pasado. Alejandro sabe que cada minuto ganado es un magno éxito. Luchará como siempre lo ha hecho: sin regalar absolutamente nada.

(Fuente: Agencia Secasports)

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