El empresario asegura que una educación ciudadana enfocada en el respeto al medioambiente genera organizaciones orientadas a la sostenibilidad
Vivir la filosofía de la sostenibilidad comienza por entender que ningún recurso en el planeta es infinito y que nuestro tiempo aquí es fugaz, por lo que se debe hacer uso racional de lo que tenemos.
César Urbano Taylor, miembro de la Corporación Inmobiliario SMA, investigó sobre el tema y descubrió una importante relación entre el nivel de educación cultural de la ciudadanía y el impacto sobre el medio ambiente.
A su juicio, las comunidades que gozan de mejor educación resultan ser las más organizadas, ecológicas y que viven un presente sano, que además aprovechan de forma respetuosa los recursos de los que disponen, garantizando la viabilidad de la subsistencia para las próximas generaciones. Es decir, entienden y viven de forma sostenible.
Mientras, en aquellas comunidades con niveles de educación inferior, indiferentes a la armonía de la vida en el planeta, se nota un aprovechamiento hostil y desmesurado de los recursos naturales, impactando negativamente a las próximas generaciones.
“La transitoriedad, finitud y fugacidad de nuestra existencia es orgullosa e indolente ante la incomprensión de su cortísima temporalidad. Dañamos en muy poco tiempo lo que a la Tierra llevó millones de años construir para nuestro bienestar y lo hacemos bajo la inadecuada creencia de la comodidad, el progreso y el desarrollo”, enfatiza en su escrito, publicado en la revista Entre Rayas.
Explica, además, que existen muchísimas maneras de reducir costos en todos los sentidos: reciclaje, aprovechamiento del clima, así como las ventajas térmicas y de conductibilidad de cientos de materiales naturales y artificiales. La idea es reducir al máximo el impacto al medioambiente para ganar más tiempo y una vida más saludable.
Y los hechos lo demuestran. Las tendencias de construcción, desde hace unos años, ha sido marcada por el mejor uso de los recursos, reducción del consumo eléctrico y de aguas, menos alteración de los suelos, un mejor manejo de los desechos y el uso de materiales no contaminantes.
Arquitectos, constructores e ingenieros desarrollan cada año nuevas tecnologías que garanticen calidad de vida por generaciones: metal o concreto, madera o compuestos, vidrio o sintéticos, energía solar, hídrica, eólica, de combustibles fósiles y nuclear, entre muchas fórmulas y sus infinitas combinaciones.
En este sentido se enfoca la visión inmobiliaria de la sostenibilidad.
“Mi muy personal criterio es la lógica de la preservación de lo que tenemos, el rescate de los daños causados dentro del fanatismo de la artificialidad e implantar una consciencia de consumo para el desarrollo de viviendas que, desde el despertar, nos permitan redescubrir la esencia misma del ser humano en equilibrio con su propia naturaleza interior y exterior”, asegura Cesar García Urbano Taylor.
Insta, además, a la sociedad a enfocarse en rectificar los daños que se le han causado al planeta tras décadas de depredación sin piedad, desarrollando sistemas de edificación y funcionalidad pensadas de manera sostenible.
