Los sensores de los apps utilizados por los teléfonos celulares para los movimientos pueden enviar datos de la ubicación geográfica de los usuarios, incluso cuando sean desconectados los servicios de rastreos de los dispositivos.
Los móviles inteligentes siguen los movimiento de los usuarios, durante sus recorridos por ciudades y calles y giro a giro envían datos del teléfono.
Aparte de los Global Positioning System (GPS) y las interfaces de comunicaciones, los teléfonos de gama alta, están equipados con sensores de giroscopios y acelerómetros capaces de indicar si un móvil se encuentra en posición horizontal o vertical. Esta acción de los apps puede medir también otros movimientos que no son detectados por el usuario, revela un estudio realizado por Universidad Northeastern citado por el diario El País.
Apagar el GPS del teléfono no inhabilita la ubicación o vigilancia del móvil. Los dispositivos inteligente son vulnerables porque además de acelerómetro y giroscopio, contienen sensores de magnetómetro, barómetro, hasta cuatro micrófonos, una o dos cámaras, un termómetro, un podómetro, un sensor de luz y un sensor de humedad.
La mayoría de estos sensores, no requieren permiso del usuario, pueden combinar lecturas de dos o más aplicaciones de proveedores de servicios de internet, así como de redes sociales y realizar acciones no esperadas por los expertos en tecnología.
