Los objetos que cualquier persona puede tener en su casa u oficina pueden obstaculizar la señal del Wi-Fi y ocasionar las llamadas fuentes de interferencia o barreras inalámbricas.
El problema con la referidas interferencias física es que afectan la velocidad de navegación y la señal se torna lenta.
Según especialistas en tecnología, los obstáculos como espejos y superficies metálicas deben estar alejados del router y del dispositivo que conecta a internet, porque generan un alto nivel de interferencia, reseñó bbcmundo.com.
Los cuadros de vidrio blindado, cemento, yeso, mármol, ladrillos, paredes y el agua generan un efecto rebote, porque funcionan como escudo e impiden la correcta emisión y recepción de la señal.