Los médicos evitan realizar trasplantes a pacientes que no tengan este medicamento que inhibe la respuesta del sistema inmunológico contra un órgano o tejido trasplantado, evitando el rechazo del injerto
Ibrahim Velutini Sosa, director de la Organización de Trasplante de Venezuela (ONTV) sostiene que la falta de inmunosupresores fue la causa principal por la cual la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), ente adscrito al Ministerio para la Salud, suspendiera el sistema de trasplante de órganos de cadáveres en 2017.
Frente a esta circunstancia, los médicos prefieren que los pacientes continúen su tratamiento de diálisis, ya que al menos así tienen mejor expectativa de vida.
“La escasez de inmunosupresores y el deterioro del sistema hospitalario los llevó a suspender el sistema de donación de trasplante de cadáveres en mayo de 2017. En esas condiciones es más peligroso trasplantar que no hacerlo”, aseguró Velutini.
Un reciente estudio realizado por la ONTV y la Sociedad Venezolana de Nefrología, realizado entre febrero y abril de este año, refleja que un 85% de los pacientes trasplantados tiene muchas dificultades para conseguir los inmunosupresores, siendo Everolimus, Sirolimus, Azatioprina y Micofenolato Sódico, los más difíciles de encontrar.
El informe revela, además, que el 71% de los médicos tratantes cambiaron los tratamientos a sus pacientes ante la escasez del medicamento en las farmacias de alto costo del IVSS. Esta situación ha traído como consecuencia que se hayan reportado 461 complicaciones médicas a los pacientes, siendo la insuficiencia renal, el rechazo reversible de órganos y la pérdida de injertos las más destacadas, por lo que los pacientes se ven obligados a realizarse constantes -y costosos- exámenes para evaluar el desempeño de cada nuevo medicamento.
Contenido
Soluciones
- Esta situación amerita una respuesta del Gobierno Nacional con carácter de urgencia.
- Especialistas recomiendan actualizar el censo de pacientes para calcular el abastecimiento de inmunosupresores para todo el país, que incluya a quienes han sido trasplantados y quienes posean otro padecimiento que los obligue a tomar el medicamento.
- El Estado puede comprar fármacos genéricos, siempre y cuando cuenten con estudios que certifiquen su efectividad, además de la aprobación del Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel”.
La decandencia del sistema de trasplantes
Ibrahim Velutini Sosa recibió un trasplante de riñón hace 17 años a través de la ONTV, y para retribuirles, se acercó en 2015 para asesorarlos cuando el Ejecutivo Nacional le quitó las competencias para dárselas a Fundavene.
Desde que la ONTV comenzó sus funciones, hace 2 décadas, y la posterior asignación por parte del Estado venezolano del Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (SPOT) en 2001, se registraron 6.167 trasplantes de órganos y tejidos, siendo 2012 el de mayor logro con 508 cirugías.
Pero en 2014 todo quedó sin efecto cuando el Gobierno Nacional creó Fundavene. Para el 2015 la cantidad de trasplantes se redujo a 241, y desde ese año hasta el 2017 sólo se registraron 102 trasplantes. Ya para mediados del 2017 el SPOT suspendió sus actividades de manera indefinida.
Esto obligó a la organización a cambiar y adaptarse a su nueva realidad, y se enfocaron en brindar apoyo psicológico a los pacientes, ofrecer charlas sobre la correcta alimentación de un paciente trasplantado, y buscar, a través de redes de contacto internacionales, los medicamentos extremadamente necesarios para pacientes clave.
