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Kickstarter ha impulsado proyectos que en la actualidad se encuentran cambiando al mundo de la tecnología. Pebble, por ejemplo, fue el primer reloj inteligente de la historia, y vio la luz gracias a una campaña de crowdfunding sumamente exitosa. Hoy por hoy, fue motivo de inspiración para Sony, Samsung, Motorola, Apple, y tantas otras marcas que se han embarcado en el negocio de los smartwatches.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce en Kickstarter. Hace pocos días fue identificado un proyecto fraudulento. Se trataba de Skarp Laser Razor, una afeitadora que era capaz de eliminar el vello del rostro mediante un láser, pero todo resultó ser un timo y la plataforma tuvo que paralizar la campaña.
La otra cara de los proyectos financiados por crowdfunding está vinculada con retrasos en las entregas, productos inacabados, proyectos exitosos que no logran consolidarse por falta de certificación y falsas promesas que acaban por agotar la paciencia de los mecenas.
No todas las empresas corren la suerte de Oculus VR, quien había colocado en crowdfunding su proyecto de HMD, el Oculus Rift, con la esperanza de brindar una alternativa de realidad virtual a los gamers, sin imaginar que el propio Mark Zuckerberg se iba a adueñar de la empresa, ocasionando como consecuencia el enfado de cientos de mecenas que exigieron la devolución de su dinero y abandonaron el proyecto decepcionados.
@notiglobo
