Juan Martín Del Potro logró, en un partido inolvidable, pasar a cuartos de final en el US Open, en la reciente jornada, al derrotar 3-2 (1-6, 2-6, 6-1, 7-6, 6-4) al austriaco Dominic Thiem.
El partido estuvo cargado de gran tensión por la condición de salud del tenista argentino, quien presentó quebrantos por una fiebre repentina que lo acompañó los cinco episodios y, por si fuera poco, la aparición de un orzuelo. Disminuido en su fuerza y movimientos en los primeros set, Delpo logró repuntar en el cierre, luego de tres horas y treinta y cuatro minutos de juego.
“Gracias al público. Gracias a ustedes pude hacerlo”, dijo el tenista a sus seguidores que lo vitorearon durante todo el partido para animarlo.
Vale recordar que la vida deportiva de Juan Martín Del Potro ha estado marcada por lesiones en sus muñecas, que le han obligado a someterse a complicadas operaciones. La recuperación de cada intervención lo han conducido, como corresponde en estos casos, a recibir extensas terapias y a ausentarse por largos periodos de las canchas. Un deportista que ha conocido la sensación de bajar hasta el puesto 485 del ranking y de ahí, como impulsado por una fuerza superior, comenzó a subir peldaños hasta convertirse en el octavo del mundo.
El tenis es la savia, el ADN que corre por sus músculos. Del Potro espera repetir su hazaña de llevarse el título en este torneo, tal como sucedió en el 2009. Para el pase a semifinales tendrá que enfrentarse a quien resulte ganador del encuentro entre el suizo y penta campeón del Abierto, Roger Federer, y el alemán Philipp Kohlschreiber.
Se cuentan por cientos los seguidores de este tenista universal nacido en Argentina. Su carisma, su fuerza para recuperarse cada vez, su seriedad profesional en la contienda y su respeto por el público lo catapultan como favorito para llevarse, nuevamente, la copa del US Open.
