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La Universidad de Ohio llevó a cabo una investigación tomando como referencia de estudio a 800 hombres para demostrar que la publicación compulsiva de selfies en redes sociales puede ser un claro indicativo de una conducta psicopática y narcisista, que encuentra su recompensa en la reacción e interacción de las demás personas.
Hace pocos días la Universidad de Brunel en Londres también ponía al descubierto algunas de las patologías que pueden identificarse en Facebook, evaluando con detenimiento los contenidos compartidos por las personas en sus perfiles, así como las frases que empleaban en sus descripciones de estado.
Ninguna red social puede resultar tan perjudicial para la autoestima y el ánimo de las personas como Facebook o Instagram, esto en parte como consecuencia del exhibicionismo de algunas personas que difunden su vida perfecta, logros y viajes a través de estos medios, causando depresión, inconformidad y frustración en buena parte de los usuarios que observan estos estilos de vida, inalcanzables para muchos.
Las personas con baja autoestima no sólo son vulnerables a las publicaciones de sus seguidores, también muestran debilidad a la interacción que producen sus publicaciones, ya que si un post no obtiene la receptividad deseada en cuanto a likes y comentarios, esto puede crear una reacción adversa, como depresión, sensación de soledad o tristeza.
