Un gol inesperado de Samuel Umtiti, otro con más sentido de Antoine Griezmann, de penalti, y un gran tanto de Ousman Dembélé, concretaron la grandiosa victoria de los ‘bleus’ frente a Italia en el penúltimo amistoso de los galos antes del inicio del Mundial.
Enfrentando a una selección en plena reformación, y que no estará en Rusia, Francia dio una imagen sólida, pero dejó entrever lagunas, sobre todo en el eje defensivo.
Luego de brindar la oportunidad a los suplentes el Lunes contra Irlanda, el seleccionador, Didier Deschamps, apostó por un equipo muy similar al que pondrá en el Mundial, con Griezmann y Kylian Mbappé como líderes del ataque, Kanté comandando el centro del campo y Umtiti rey de la defensa, a la espera de Raphael Varane.
A ellos se unieron jugadores que, en algunos casos, no tienen el puesto asegurado y deben aprovechar estos duelos para reivindicarse.
Es el caso del atacante del Barcelona Ousmane Dembelé, que estuvo veloz, decisivo y un poco impreciso de cara al arco, hasta que cuando el partido comenzaba su fase final a la hora de juego, se inventó un tanto de bella gesta que le otorga opciones de titularidad.
Fue el broche a un partido que Francia dominó, sobre todo en el primer tiempo, pero que Italia, fiel a su estilo, supo mantener vivo gracias a un oportunista gol de Bonucci.
Se habían adelantado los galos con un tanto de Umtiti, el segundo con la casaca francesa, a los 8 minutos, aprovechando un desperfecto defensivo de la Italia que Roberto Mancini trata de sacar de cuidados intensivos.
Un año después de su debut, el barcelonista se ha convertido en un imprescindible para Deschamps.
Italia no se hallaba y Francia campaban a sus anchas, con continuas internadas de Dembelé, jugadas osadas de Mbappé, un tiro al palo de Kanté e incorporaciones de Lucas Hernandez.
En una de esas, a punto de cumplirse la media hora, el lateral del Atlético de Madrid fue golpeado por Mandragora en el área. El árbitro pitó penalti, confirmado por el VAR y Griezmann lo convirtió en su vigésimo tanto internacional.
En el 36, Bonucci no desaprovechó un mal despeje de Lloris a una falta lanzada por Balotelli para acortar distancias.
Luego de una gran jugada de Dembelé, que estrelló el balón en el larguero en el 47, la «azzurra» se estiró en el segundo periodo y se sacudió el dominio francés, lo que relegó a los locales a aprovechar ocasiones individuales.
Estas llegaron sobre todo de las botas de Griezmann, de Mbappé, que de nuevo se fue sin marcar pese a crearse buenas ocasiones, y del propio Dembelé, que acabó marcando el tercero a los 64 minutos.
El barcelonista encontró la escuadra de Sirigu y puso en pie al público de Niza.
Thauvin, que sustituyó a Mbappé, pudo agrandar el resultado en el 85, pero Sirigu lo evitó.
