La bioarquitectura ha tomado un vuelo impresionante en Colombia, y muestra clara de ello es el sistema tendinoso, un método constructivo ecológico y sustentable desarrollado por Álvaro Mosquera que optimiza la arquitectura vernácula propia de las viviendas rurales de los campos de ese país.
Armando Iachini, director de Construcciones Yamaro, nos habla al respecto en su portal oficial y allí explica que este sistema se basa en la bioarquitectura y la sustentabilidad por tanto y cuanto que, mediante la aplicación de programas sencillos y de bajo costo (amén de aprovechando al máximo los recursos estructurales existentes), cada una de estas construcciones ganen en atributos como la resistencia sísmica y la durabilidad.
El sistema tendinoso se aplica en el mismo lugar de construcción, sobre las estructuras a mejorar e intervenir. Usa, lo dicho, materiales de fácil adquisición como el alambre de púas, el cemento, la arena, la madera y hasta la cuerda (para redes contenedoras de delgadas capas de friso aplicadas a las paredes de los inmuebles).
Y hablando de eso, dice Armando Iachini que en Colombia la madera es considerada inestable, razón por la cual el bahereque se ha convertido en el material constructivo predilecto de los campesinos de la nación. ¿Eso es un problema? Obvio que no, pues el sistema tendinoso permite que las casas en cuestión ganen en duración y resistencia, e incluso en apariencia.
La Federación Nacional de Cafeteros tiene en el método su principal programa a aplicar a la hora de mejorar las viviendas de los campesinos adscritos al ente (y a la industria en general) gracias a sus comprobados y exitosos avances.
