Policías y civiles muertos es el saldo de los más recientes ataques relacionados con las minorías étnicas. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pide el fin de la violencia racial en su país a pocos meses de la culminación de su mandato, en enero.
Estados Unidos enfrenta una espiral de violencia que se ha incrementado en los últimos meses. El mandatario afirma que no hay justificación para el asesinato de policías, a pesar de que algunos de ellos estén incriminados en la muerte de jóvenes afroamericanos.
Luisana vivió recientemente una noche de terror tras el asesinato de tres policías. Aunque aún no se han determinado quiénes son los autores materiales del hecho, las investigaciones se encuentran adelantadas por el FBI.
Baton Rouge y Texas han sido testigos de la furia de sus pobladores contra los policías. Desde la Casa Blanca han condenado de manera enérgica todo lo sucedido.
Obama no dudó en afirmar que los ataques contra los policías son cobardes y no amilanarán a los cuerpos de seguridad y orden público en el cumplimiento de sus deberes. Entretanto, el candidato republicano Donald Trump afirma que será el presidente de la seguridad y el orden, tras el fracaso, a su juicio, de la gestión actual en tan importantes materias.
Estados Unidos se prepara para elegir a un nuevo presidente
Estados Unidos se prepara para elegir a un nuevo presidente antes que culmine el año en curso, con las elecciones del venidero mes de noviembre. Los electores se decantan entre la continuidad del Partido Demócrata, con Hillary Clinton a la cabeza, o el surgimiento del Partido Republicano con Donald Trump.
Obama aspira a entregarle el poder a Hillary Clinton, quien fue su secretaria de estado. El empresario y magnate de los bienes raíces ha recibido numerosas críticas por sus comentarios aparente mente racistas, que estarían estimulando los ataques contra civiles y policías.
