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Siria e Irak son los principales países donde el Estado Islámico tiene presencia. El grupo terrorista sigue fuerte a un año de los ataques de Estados Unidos, que fueron ordenados por el presidente Barack Obama.
Estados Unidos ha logrado coordinar una coalición internacional contra este grupo yihadista, lo que ha ocasionado la muerte de unos 10.000 de sus combatientes según cifras oficiales de la Casa Blanca. Los subversivos, sin embargo, se mantienen en pie de guerra y cuentan con numerosos recursos armamentísticos, humanos, logísticos y financieros para seguir la guerra contra los países occidentales.
Irak fue el primer blanco de los ataques de Estados Unidos contra el Estado Islámico, lo que supuso el regreso de los norteamericanos a ese país tras haberlo evacuado en su búsqueda de armas de destrucción masiva. Años antes, la Casa Blanca había desatado allí la llamada Guerra del Golfo y había derrocado al ex presidente Sadam Hussein, quien finalmente murió en la horca.
Siria es la otra nación hacia donde se dirigen los ataques de la coalición internacional. Algunos países, como Rusia, acusan a Estados Unidos de querer derrocar allí el régimen del presidente Bashar Al Assad. Por su parte, la Casa Blanca cuenta con el respaldo de otras 10 naciones en el combate a los extremistas.
