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María Eugenia Baptista Zacarías: ¡Es hora de reducir el consumo de sal!

El placer de comer es tan grande que, a veces, algunas personas abusan del consumo excesivo de ciertos alimentos y especias. Eso trae como consecuencias (inmediatas y a futuro) muchos problemas de salud y enfermedades que deberían haberse prevenido a tiempo. ¿Un ejemplo de un producto que la gente ingiere en abundancia? ¡La sal!

María Eugenia Baptista Zacarías nos comenta en una nota publicada en su portal oficial que la sal, a pesar de estar incluida en la gran mayoría de las comidas, se encuentra de forma natural en la leche, nata, huevos y carne, y que la misma aumenta significativamente el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.

En el caso de la sal, es recomendable que no se tomen más de 2.3 gramos de sodio al día. Eso equivale aproximadamente a una cucharadita de sal diaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también aconseja que los niveles de ingesta de sal sean los siguientes:

  • Adultos. Consumir menos de 5 gramos (un poco menos que una cuchara de té) de sal por día.
  • Niños. Ajustar a la baja, para los de 2 a 15 años, ingesta máxima recomendada para los adultos en función de las necesidades energéticas.

Otro dato a tomar en cuenta cuando se habla del consumo de sal es que es muy importante estar familiarizados con la información nutricional que tienen los empaques de comida. Eso nos permitirá conocer fechas de vencimiento, qué productos contienen sal y en cuáles cantidades. De ese modo sabremos la porción que debemos consumir para mantenernos saludables.

Pros y contras de la sal

Explica María Eugenia Baptista Zacarías que el sodio es necesario para mantener los volúmenes de líquido en el cuerpo y para la conducción de impulsos eléctricos en la celular. El equilibrio de sodio entre el interior y exterior de las células es importante para conservar los niveles de ciertas hormonas.

Sin embargo, la sal también tiene efectos nocivos para la salud. Por ejemplo, ella es una de las principales causas de la hipertensión, lo cual es un factor de riesgo de enfermedades no transmisibles como el infarto, patologías renales, accidentes cerebrovasculares y obesidad.

La sal también se encuentra ligada a padecimientos como osteoporosis, litiasis renal, cáncer de estómago y retención de líquidos. ¿Qué hacer para prevenir todo esto? ¡Cambiar los hábitos alimenticios! Eso se logra, entre otras maneras, siguiendo estos consejos:

  • Eliminar el salero de la mesa.
  • Controlar la cantidad que se utiliza durante la preparación de alimentos.
  • Leer las etiquetas de los empaques para seleccionar los que contengan menos sodio.
  • Sustituirla por otras especias que den sabor a la comida.
  • No añadirla en el cocinado, sino cuando la comida esté lista.
  • Controlar su consumo desde la infancia.

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