Diseñar la dieta de las personas es un trabajo que cada vez más utiliza nuevos mecanismos por parte de las tendencias nutricionales, y un buen ejemplo de eso se da con la llamada nutrigenética, la cual estructura la forma en que los individuos ingieren alimentos empleando la relación entre los genes y las comidas.
Esta fórmula, dice María Eugenia Baptista Zacarías en su portal web, es mucho más efectiva que las técnicas tradicionales para diseñar la alimentación de los individuos, y eso es así porque el primer objetivo de la nutrigenética es garantizar la optimización del estado de salud de las personas con una alimentación adecuada a sus cargas genéticas.
La nutrigenética, de paso, no discrimina entre los estilos de vida de las personas y hasta puede aplicarse para deportistas de alto desempeño… Y sí, lo que dice el título de esta nota es muy cierto: La saliva es parte de la clave de esta técnica. ¿La razón? Porque es el elemento que se utiliza para analizar la carga genética de las personas y determinar la dieta de los individuos.
Según nutricionistas, una muestra de saliva proporciona la información necesaria para desarrollar un plan de salud completo y personalizado, identificando 128 variantes genéticas en 95 genes relacionados con la nutrición, el deporte, las adicciones, el metabolismo o el envejecimiento, entre más.
La nutrigenética en general, explica también Baptista Zacarías, ofrece dos sistemas: Por un lado, una dieta preestablecida netamente en función de los genes y, por el otro, una muy similar pero con estricto acompañamiento profesional.