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No todo son himnos de gloria para Apple, la empresa que fundó Steve Jobs y que llegó a convertirse en uno de los titanes tecnológicos de la actualidad, haciendo frente a compañías como IBM y Microsoft. La marca de la manzana también ha firmado a lo largo de su historia algunos desaciertos en materia de productos que nunca llegaron a ser lo que se imaginó que serían.
Es probable que uno de los fiascos más tangibles de Apple sea el iPhone 5C. Inicialmente este dispositivo ingresó en el mercado como la propuesta económica del teléfono inteligente de la compañía de la manzana, y he aquí el primer error: nunca llegó a ser verdaderamente económico. Los materiales y características de este aparato lo ubicaban muy por debajo del iPhone 5S, pero la verdadera flexibilidad de sus precios jamás se comprobó.
Muchos esperan que Apple se trace una historia en el mundo de los videojuegos, pero lo que pocos saben es que en alguna oportunidad la empresa de Steve Jobs trató de tener su propia consola. Todo ocurrió cuando Sony irrumpió en el mercado de los juegos de video con su PlayStation para tratar de resquebrajar la dinastía que Nintendo y Sega manejaban en aquél momento.
La Apple Pippin llegó en el año 1995 con muchos puntos en contra: era un producto nuevo y desconocido, jugándoselas en un terreno donde ya empresas como la Gran N de Kyoto tenían un camino más que andado. La consola de Apple salió al mercado con un precio muy elevado (no es de extrañar tratándose de cualquier producto de la manzana) y con una oferta de títulos tan reducida que nadie reparó en ella. Sólo consiguió vender 40.000 unidades.
