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La persecución al tirador de Texas

Foto: AP

Johnnie Langendorff iba en su carro a casa de su novia el domingo, cuando vio a un hombre descalzo disparar a otro situado frente a una iglesia en Texas (centro-sur de Estados Unidos).

Devin Kelley, de 26 años, acababa de salir de la Primera Iglesia Bautista de la localidad de Sutherland Springs, donde mató a 26 feligreses con un rifle de asalto, y se dirigía a su automóvil, un Ford Explorer que tenía la puerta abierta y el motor en marcha, reseñó AFP.

Según las autoridades, un vecino que vive del otro lado de la calle tomó su propio rifle AR-15 y salió a confrontar a Kelly. 

«Me detuve en la intersección», contó a la cadena CNN Langendorff, natural de Texas, con sombrero de vaquero y una calavera tatuada en el cuello.

«Vi al tirador aparecer donde estaban estacionados los vehículos y al otro hombre del otro lado de la calle», explicó.

«Ambos tenían armas y en medio segundo hubo un intercambio de disparos», relató. «El agresor se subió a su carro y se fue».

«A la caza del tipo malo»

«El otro hombre con el rifle cruzó la calle, abrió mi puerta y dijo: ‘Acaba de disparar en la iglesia y tenemos que perseguirle'», narró Langendorff.

«Dije: ‘¡Vamos!’ (…) Eso es lo que se hace», afirmó. «Persigues al tipo malo».

Las autoridades aseguraron que el hombre descalzo -un fontanero identificado por la prensa como Stephen Willeford- logró herir a Kelley antes de que huyera. 

Langendorff reconoció a CNN que superó los 150 km/h en la persecución.

«Ni siquiera nos detuvimos en la intersección (…) Pitamos cuando estábamos cruzando», admitió. «Me gusta conducir (…) y estaba persiguiendo al tipo. Tenía que asegurarme de que lo atrapaban».

La persecución duró entre 10 y 12 minutos, según Langendorff, quien estuvo al teléfono todo el rato con la policía, detallando por dónde circulaban.

«A un momento dado, el hombre que iba conmigo dijo: ‘Tal vez tienes que usar tu coche para sacarlo de la carretera’. No lo dudé, había que hacer todo lo que fuera necesario para garantizar que este tipo fuera detenido», apuntó. Al final su automóvil acabó destrozado en la cuneta. 

EFE/Alex Segura

«El otro hombre salió inmediatamente, tomó su rifle y le dijo ‘¡sal, sal!’, pero el agresor no salió», reveló Langendorff. «Nos escondimos detrás de mi carro hasta que llegó la policía». El hombre que salió descalzo de su casa a confrontar a Kelley «es un auténtico héroe», dijo.

«Hizo absolutamente lo correcto, que es tratar de matarlo», subrayó. «Por lo que sé, estaba durmiendo una siesta, oyó los disparos y reaccionó».

«Estaba descalzo. No tenía zapatos, pero estaba preparado para reaccionar (…) Hizo todo lo correcto», recalcó.

Las autoridades creen que Kelley actuó por una disputa familiar con su suegra, que solía acudir a esta iglesia aunque no estaba en la misa cuando perpetró la masacre.

Kelley, que hace tres años fue expulsado de la Fuerza Aérea por mala conducta, se suicidó de un disparo, según fuentes oficiales.

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