La red de taxistas que opera en Chile salió a las calles de Santiago para exigir la suspensión permanente de Uber y Cabify, por presuntamente funcionar de manera ilegal e influir directamente en la merma que han sufrido en sus fuentes de ingresos, que desde la llega de ambas internacionales en octubre de 2014, ha caído en 60% y que ha originado que muchos miembros del sector hayan perdido sus vehículos, según reseña el portal de Globovisón.
Con banderas negras y amarillas, colores que representan a los taxis de este país, marcharon pacíficamente por las calles de la capital para que sus llamados fueran escuchados.
Mario Hidalgo, dirigente del gremio de taxistas independientes de la capital chilena, cuya red la integran unos 28.000 choferes, afirmó que «esto se soluciona eliminando Uber, eliminando Cabify, porque están trabajando con vehículos particulares ilegales».
A juicio de Hidalgo, la internacional, que ofrece servicios de transporte privado, opera ilegalmente al brindar traslados competentes al transporte público, mientras que el Gobierno de Michelle Bachelet se niega a descongelar el parque automotriz de taxis por el impacto contaminante que tienen en el medio ambiente y en el congestionamiento vehicular en la metrópolis.
Por su parte, Karen Véliz, presidenta del sindicato de mujeres taxistas afirma:
«Estamos hablando de delincuentes, de gente inexperta, de gente que nunca ha trabajado en un vehículo, que no saben ni manejar, a nosotros nos ha bajado impresionantemente nuestro trabajo».
Véliz comentó que la marcha fue “100% buena” debido a que no hubo problemas, ni disturbios y todos marcharon tranquilos”.
Susana Domínguez, vocera de Taxistas Unidos de Santiago, manifestó que “la verdad es que esperábamos mayor cantidad de taxistas, porque creo que es un tema que a todos nos afecta (…) pero el impacto que causamos creo que fue suficiente”.
